Tras la ruptura, volverás a amar(te)

Esta historia va dedicada a todas las personas con el corazón roto, que creen que siempre van a estar así y que nunca más volverán a sentir amor en su corazón. Lee muy atentamente.
HISTORIA DE UN CORAZÓN QUE ESTUVO ROTO
Un día de verano, un corazón andaba por la calle pensando en sus cosas y disfrutando de un paseo. Era uno de esos que late con fuerza, grande y bueno. Sin embargo, no siempre estuvo así. Si te acercabas y te fijabas bien, veías que tenía una gran cicatriz. Ese corazón había estado roto.
Casualmente ese día, el corazón que un día estuvo desolado, se encontró por sorpresa con aquel otro corazón que contribuyó a su tremendo dolor. Ambos hacía mucho que no se veían.
Nervioso, el corazón que se rompió hace años, sonrió con sinceridad al otro y empezó a decirle así:
- ¡Hola corazón! Ha pasado mucho tiempo. Los dos hemos cambiado tanto ¿verdad? Me alegra encontrarte así de bien.
¿Sabes qué? Siempre he querido contarte que estuve bastante enfadado contigo pero ya pasó. ¡Es que no entendía porqué actuaste así conmigo si siempre intenté amarte bien! Bueno, con el tiempo, dejé de buscar las respuestas en ti para encontrarlas en mí. No te guardo ningún rencor, espero que tu a mi tampoco. Hace tiempo que te deseo lo mejor.
Me ha costado mucho poder curarme pero me sirvió comprender que los corazones, cuando amamos podemos equivocarnos, que ambos cargábamos herencias pesadas y que no sabíamos querernos mejor. Estoy seguro que si te contara todo lo que he aprendido en este tiempo del dolor, estarías muy orgulloso de mí.
Sé que me quisiste a tu manera, pero esa forma de amar no me hacia feliz. Quizá la mia tampoco era lo que tu buscabas y por eso estamos mejor así, separados.
Fue difícil, pero mi psicóloga me ha ayudado a conectar con el perdón, eso me ha liberado mucho más a mi que a ti.
¡Ah sí! Esto que ves aquí es una cicatriz. Fue por aquí por donde me rompí cuando lloraba tanto, pero hace mucho que volví a sonreír. Es una cicatriz maravillosa, siempre me recuerda lo que no quiero volver a elegir.
Te agradezco corazón lo que viniste a enseñarme, que fue más de mí mismo que de ti.
Si, he sido un corazón roto, uno de esos que no confía en nadie y que se cierra en si mismo para no volver a sufrir. Pero ya sabes, con el tiempo los corazones se curan y vuelven a latir. Ahora sé amar(me) mejor.
Bueno, ya me tengo que ir. Soy más feliz sin ti.
¡Ama(te) mucho!